domingo, 20 de enero de 2008

ARTÍCULO SOBRE LA COMPRESIÓN EN LENGUA MATERNA QUE REALIZA LA DEFENSA DE TRES ESTRATEGIAS PARA UNA ENSEÑANZA DE LA COMPRENSIÓN.

Como profesora de Geografía e Historia creo que es fundamental que los docentes nos centremos en la enseñanza de los procedimientos, que proporcionen a los alumnos una idónea comprensión lectora si queremos, que en un futuro sean capaces de aprender de manera autónoma.

Una de las estrategias que a mi juicio debemos potenciar antes de la lectura es la finalidad que tiene esta.
En numerosas ocasiones he podido comprobar que tras la lectura en clase de un texto histórico, pongo por caso, por parte de uno de mis alumnos, no ha sabido extraer la idea principal, es más, en alguna ocasión, no ha sido capaz de recordar algún dato o información que apareciese en el texto.
¿Qué hacer ante una situación como esta? Tengamos presente que este hecho no es algo aislado, muy por el contrario, son numerosos los alumnos de una misma clase que tienen este problema. Se centran en realizar una lectura correcta, lo más rápida posible, mecánica… para demostrar que leen bien.
Creo que es fundamental, en primer lugar, hacerles entender ¿Cuál es la finalidad de la lectura? No se trata de leer sin más, sino de entender lo que se está leyendo.
Llegados a este punto, se vuelve a leer el texto una segunda vez e incluso una tercera… hasta que son capaces de expresar por escrito la idea principal.
Otras ocasiones soy yo quien les vuelve a leer ese mismo texto y en esa segunda o tercera vez, según los casos, les pido igualmente que reflejen por escrito en su cuaderno la idea principal, así como cualquier otra información de menor interés que recuerden.
Es curioso, suelen retener más información cuando yo les leo un texto que cuando lo leen ellos mismos. Incluso se percatan de este detalle. En ese justo momento les pregunto ¿dónde se halla la diferencia? Y efectivamente sin pensarlo mucho me contestan que yo leo diferente a su juicio mejor.
He llegado al punto donde quería llevarlos ¿Qué es mejor?
- La entonación.
- Las pausas: puntos, comas…
- Realizo una lectura lenta
Les sigo preguntando ¿Pensáis que yo no soy capaz de leer a mayor velocidad? Naturalmente, me contestan que si, les sigo preguntando: ¿Por qué creéis que leo así? Y ellos mismos responden para poder enterarte de lo que estas leyendo.

Este proceso requiere dedicar en clase mucho tiempo, pero os aseguro que a mi me ha dado resultado. Los alumnos ahora cuando leen un texto en clase se cuestionan cuál es la finalidad de esa lectura, y saben que:
1. Deben emplear una determinada velocidad lectora que se adecue al objetivo que perseguimos.
2. Si es necesario releeremos el texto tantas ocasiones como sean precisas hasta comprenderlo en su totalidad.

Otra de las estrategias ha promover en el alumnado durante la lectura es el vocabulario, ya que he detectado que el alumnado no se preocupa en averiguar el significado de aquellas palabras desconocidas que aparecen en el texto. Es fundamental que inculquemos en ellos, la necesidad de averiguar dichos significados para poder comprender bien un texto. Por ello, en nuestra asignatura de Ciencias Sociales les he pedido que sigan los siguientes pasos:
1. Subrayar todas aquellas palabras que desconozcan su significado o no lo tengan claro.
2. Obtener su significado por el contexto.
3. Analizar la palabra: ver de que otras son derivadas, que palabras conocidas tienen la misma raíz, prefijo, sufijo… En numerosas ocasiones les hago ver el origen latino y griego de muchas palabras y sus significados, para que así luego, puedan extrapolar esta información a otras que tengan el mismo origen. Entre los ejemplos que les pongo se encuentran: paleolítico, neolítico, democracia, teocracia, oligarquía, monarquía, geografía, biología, teología…
4. Buscar la palabra en el diccionario y anotar su significado en el margen del texto.

En último lugar, creo que otra de las estrategias relevantes ha realizar tras la lectura de un texto es el resumen del mismo, esta estrategia nos indicará hasta que punto el alumno ha sido capaz de captar la información que les ofrece. Es muy usual observar, como los alumnos suelen resumir un texto copiando literalmente partes de este, copian sin sentido. Por ejemplo dejan ideas incompletas, unen unas frases con otras que no tienen conexión…
Con respecto a esta estrategia en mi asignatura actuamos de la siguiente manera:
1. En la primera lectura del texto, van subrayando las palabras que desconocen y al finalizar la misma deben escribir el título o idea principal del texto.
2. Realizamos la segunda lectura y buscamos las palabras que desconocemos por los métodos ya indicados. En este momento los alumnos deben escribir en su cuaderno aquellas otras ideas secundarias.
3. Volvemos a realizar una tercera lectura y los alumnos escriben otra información complementaria.
4. Ponemos en común el resumen que cada uno ha realizado viendo los errores y los aspectos positivos.
5. Los alumnos redactaran un nuevo resumen, a partir del que habían realizado anteriormente pero completándolo con aquellos aspectos que hemos visto en la puesta en común.
6. Por último, los alumnos leen sus resúmenes definitivos y entre todos corregimos los posibles errores de expresión que existan.

A modo de conclusión, no podemos pretender que el alumno aprenda estas estrategias de comprensión lectora en un abrir y cerrar de ojos. Pensemos que trabajar un texto con detenimiento, es decir, siguiendo estas estrategias puede llevarnos como mínimo una hora de clase. Además este proceso debe repetirse en numerosas ocasiones hasta que el alumnado lo interiorice y lo aplique con asiduidad. Igualmente, creemos que la tarea no debe reservarse solo a los profesores que imparten lengua, ni tan siquiera a los que son de letras sino que es una tarea en la que todos podríamos participar.